Texto: Bárbara Ferrer

Como ese fondo de armario en el que guardamos prendas sobrias y versátiles que sobreviven al paso del tiempo y nos sacan de más de un apuro, el marketing de contenidos es una herramienta imprescindible en la comunicación estratégica que resiste a las modas y conviene cultivar para que la construcción de marca vaya por el camino que queremos. Podemos adaptarlo a formatos novedosos, eso sí, pero nunca obviarlo.

Aunque la mismísima Miranda Priestly (Meryl Streep) en El diablo se viste de Prada comience acusando a su ayudante Andrea Sachs (Anne Hathaway) de no tener estilo ni sentido de la moda, el desenlace de la película nos enseña que el estilo es propio y comunica tus valores sin necesidad de seguir el último grito de las pasarelas para transmitir quién eres.

La principal misión del marketing de contenidos o content marketing es abordar temas de interés para nuestros públicos objetivos, en los que seamos capaces de ofrecer un contenido atractivo, de valor y verdadera utilidad. De esta definición se deduce que no todo vale en el marketing de contenidos, es decir, hay que invertir tiempo y recursos para que lo que queremos transmitir sea realmente diferencial y nos sirva para construir confianza en nuestro mensaje.

Contenidos, SEO y PR, la terna perfecta

Así, una óptima estrategia de marketing de contenidos debe trabajarse desde dos perspectivas. La primera de ellas es que los contenidos han de ir imprescindiblemente de la mano de otros dos pilares decisivos en nuestra comunicación: el SEO y el PR, para elegir el momento y las keywords más oportunas y los medios más adecuados, respectivamente. Digamos que esta es la terna adecuada de una comunicación estratégica.

De otro lado, y centrándonos en la planificación de contenidos propiamente dicha, hay que tener claro todo lo que podemos obtener a través de nuestro marketing de contenidos. Nos referimos a términos como: posicionamiento (a través de la publicación regular de contenidos); confianza del usuario; ser fuente de referencia en nuestro sector; ganar en tráfico web; aumentar ventas y clientes…  

Se trata de una inversión a largo plazo que es preciso moldear en función de nuestros objetivos prioritarios y un buyer persona bien definido y, en ello juegan otro rol fundamental los formatos que elijamos para hacerlo del modo más natural y acertado posible.

Blogging y más…

Aunque el blogging sea probablemente como esa especie de madre de todos los formatos del marketing de contenidos, no es el único y, ni mucho menos, el más efectivo. Los formatos que podemos integrar de manera sencilla en nuestra estrategia son variados y en constante evolución, como la moda misma, y se pueden englobar en cuatro grandes categorías: texto, audio, video e imagen.

De nuevo aquí, antes de decantarnos por unos tipos de formatos u otros, debemos elegir aquello en lo que nos queremos enfocar, determinar nuestros objetivos:

  • Entretener con contenido original, divertido y ameno.
  • Formar/capacitar con contenidos divulgativos orientados a enseñar, guiar o educar sobre una determinada temática relacionada con nuestra marca.
  • Informar de la actualidad de nuestro sector, con contenidos enfocados en las últimas novedades.
  • Inspirar a través de contenido emocional que busque una “llamada a la acción” de nuestra audiencia.
  • Generar leads o enfocarnos en la conversión a través del contenido.

Cuando ya lo tengamos claro, solo queda ponerse manos a la obra con los ‘trajes’ o formatos que mejor se adapten a nuestras necesidades.

Aquí algunos de los más utilizados:

  • Blogs, presentaciones, white papers, guías divulgativas o recomendaciones de viaje en el caso de texto
  • Podcast o creatividades sonoras para audio
  • Videoblogs, documentales, breves producciones de ficción si nuestra opción es audiovisual
  • Infografías, fotografías de estilo de vida o ilustraciones si nos decantamos por la imagen

Es importante tener en cuenta que no son excluyentes, sino todo lo contrario, ya que la combinación nos va a permitir dinamizar los mensajes y llegar a más tipos de público. 

En definitiva, el mejor punto de partida es una buena definición de los objetivos que encaje en el plan estratégico de tu organización. A partir de ahí, en ONe Comunicación tenemos creatividad y experiencia para orientarte hacia el mejor camino, porque como decíamos al principio, el marketing de contenidos es como ese must o prenda sobria capaz de deslumbrar una y otra vez si lo vestimos con los complementos adecuados.